Descubierta en 1880 por un joven pastor, fue una de las primeras grandes exploraciones de E.A Martel, padre de la speleología.
La seduce por la increíble diversidad de sus concreciones y los sorprendentes colores naturales (se la llama La cueva Rosa) así como por el tamaño de algunas de sus concreciones (cascade petrificada única en el mundo).
Con un recorrido amueblado de más de un kilómetro, la cueva de Dargilan es la más grande de los caucos y las Cevennes.
Entre el Viaducto de Millau, Gargantas del Tarn y Mont Aigoual, la cueva de Dargilan también ofrece un muy bonito panorama sobre las Gargantas de la Jonte.
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